lunes, noviembre 09, 2015
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El carlismo catalán, tras haber colaborado y trabajado con diferentes asociaciones para contener los excesos del nacionalismo este inicio de curso, ha tenido que retrasar su tradicional Aplech de Montserrat. Este año es especialmente tenso y por primera vez, en 20 años, han aparecido agentes de los Mossos d´escuadra, para controlar qué pasaba en el Aplech. Estaban acompañados de un mal disimulado “fotógrafo” oficial, que se ha dedicado a fotografiarnos y, también, ocultando cámara, un extraño personaje nos ha estado filmando.

Este año, ha coincidido con una semana caliente, pues el lunes se inicia un debate parlamentario autonómico de una resolución independentista. Y este año, más que nunca, el acto ha tenido un carácter de ofrecimiento total del carlismo catalán, para estar dispuesto a realizar lo que Él desee.

En la lectura primera de la Santa Misa se relataba el famoso hecho en que Elías pedía a una viuda un poco de agua y pan, y ella sólo pudo ofrecerle menos. Pero de ese casi nada, el Profeta consiguió fructificar bienes. El Padre Canos, de los Misioneros de Cristo rey, nos transmitió en su homilía –como siempre- un entusiasmo por seguir luchando, contra viento y marea. También incidió en la idea fundamental de que los hijos deben obedecer a los Padres y los matrimonios deben ser santos. Sólo con familias católicas y Patrióticas podremos salvar España.

Tras la Misa y el responso por los caídos del Tercio, se leyó el Manifiesto de Montserrat 20015. En él se defiende la voluntad del carlismo por derrocar la II República, ya no tan sólo por la ilegalidad de su implantación, sino porque en ella estaba la semilla del odio a la religión y las tradiciones patrias. La II República iba a ser simplemente un instrumento para alcanzar una revolución de corte soviético.

Siguiendo esta analogía, el Manifiesto propone entender que la actual democracia es un sistema que ya se está acabando para dar lugar a otro; que evidentemente será peor. La actual fractura nacionalista-burguesa sólo tiene una finalidad: abrir las puertas a una revolución de carácter internacionalista.

Mañana empieza una nueva etapa del proceso independentista. Cada vez será más radical y cargada de resentimiento. El carlismo catalán, con sus medios, se ha comprometido hoy en Montserrat, trono de la Moreneta, y ante los mártires que descansan en el Mausoleo, que lo daremos todo para que España y Cataluña vuelvan a ser ellas mismas.

Carlistas catalanes en Montserrat (2015)


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